Es cierto, al menos durante 3 años la actividad de prestamistas de los bancos a las pymes y demás negocios minoristas va a ser casi nula, casi ni un sólo euro de entrada en las cuentas corrientes, depósitos u otros productos va a ser destinados a reactivar la economía.
Aunque siempre nos hayan contado que los bancos son las arterias por las que discurre la economía, no debemos olvidar que igual que hay arterias por las que llega el oxigeno, hay venas que deben devolverlo al corazón para que éste siga funcionando, y son éstas venas las que están completamente atrofiadas.
Las venas del sistema financiero están ahora mismo llenas de bonos griegos, depósitos estructurados, participaciones preferentes, cuotas participativas y demás productos que en muchos casos no valen ni la mitad del dinero que se puso por ellos. Toda esa ayuda que cada día reciben los bancos y que escuchamos que tiene como meta el reactivar la economía no es sino para cubrir todo el riesgo de esos productos que en estos momentos llena los balances de las entidades y cuyo riesgo ninguna quiere reconocer.
Mientras no lo reconozcan y digan claramente que las ayudas son para ellos, para su propia subsistencia y la de sus millonarios directivos poco o nada habremos avanzado, hasta entonces sólo nos queda confiar y esperar.
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