Llegaba Mariano Rajoy a Bucarest con la intención de jugar un partido difícil contra los alemanes, necesitaba meter un par de goles, nuevo sistema supervisor bancario europeo y contabilización de la deuda del rescate bancario español en las cuentas de la U.E. y todo ello sin recibir gol alguno.
El partido parecía comenzar bien, en las horas anteriores a la reunión el Presidente francés hacía una defensa de España y llegaba a decir que los españoles ya habían hecho más de lo que les correspondía y el turno era de Europa ahora.
La táctica española rotaba en dos ejes, por una parte intentaba cobijar a sus maltrechas entidades bancarias que sufren día sí y día también la furia de los mercados bajo el paraguas regulador europeo, y es que el español ya no les servía. La intención era clara, si España no había sido capaz de dotarles de una marco regulatorio estable y que diera confianza seguro que Europa lo haría mejor. Así jugaron la primera parte y el resultado no pudo ser peor, Merkel habló para decir lo siguiente:
La fecha del 1 de enero para inicio de su funcionamiento "es ya muy ambiciosa" y "dado que aún no tenemos el primer paso, no les puedo decir a ustedes cuándo se cumplirá el tercero y último", es decir, su puesta en marcha. España se iba al descanso perdiendo ya por uno a cero.
La segunda parte tocaba remontar el partido, el punto era el más ambicioso de los dos, y consistía en que la deuda creada para dotar de efectivo a las entidades españolas en apuros lo asumiera la U.E. en lugar de España, la intención en este caso era que el ya maltrecho ratio Deuda/PIB no aumentara de forma significativa. La segunda parte terminó como la primera, de nuevo el jugador más valioso del partido, Angela Merkel, dejando a su delantero centro y ministro de finanzas metiendo el gol definitivo, "Cada Estado deberá asumir los activos malos previos a la creación del supervisor único".
Y así terminó la cumbre de Bucarest, con una Alemania escoltada por el resto de países triple A, Holanda y Finlandia, contentos por el resultado, que deja claro que por el momento si España puede aun respirar es por la calma en los mercados, porque si espera algún tipo de ayuda generosa por parte de sus compañeros de grupo puede esperar sentada. En segunda división ya parecen esperar Grecia, Irlanda y Portugal.
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