sábado, 5 de mayo de 2012

Japón y su década perdida.

Llevamos un tiempo en el que Japón sólo sale en los medios de comunicación por la catástrofe del terremoto y los problemas de la central nuclear de Fukushima, pero hubo un tiempo como nunca antes había existido, en que Japón vivía en una situación económica extraordinaria que parecía no tener fin, hasta que lo tuvo.


Tras el fin de la segunda guerra mundial, Japón era un país devastado, había perdido todo el imperio que le surtía de materias primas y sobre su suelo habían arrojado dos bombas atómicas que destrozaron todo lo que encontraron; el país parecía no tener ningún futuro, pero lo tuvo.

En pocos años se reconstruyó prácticamente todo el país y en la década de los cincuenta crecía a una tasa anual del 10 por ciento, una velocidad que ninguna nación capitalista había conseguido nunca hasta entonces. Este crecimiento era producto de la exportación, las marcas como Sony, Honda, o el banco Mitsubishi eran los primeros de la clase en cada uno de sus sectores, y muchos países y competidores vieron en el milagro Japonés, convertido en segunda economía tras los EEUU un durísimo rival.



Entonces comenzaron a llegar los problemas y es que motivado por el enorme flujo de ventas el yen se apreció y las exportaciones se volvieron más caras y menos competitivas. A mediados de los años setenta con un dólar sólo se compraban 210 yenes, no los 360 anteriores. A finales de los 80 dicha tipo de cambio alcanzaba sólo los 120 yenes. Las tasas de crecimientos de dos dígitos se redujeron a medias que rondaban el 5 por ciento en los años setenta y un 4 por ciento en los ochenta.

Y entonces la burbuja explotó, en 1989, el Nikkei alcanzó su punto máximo a 38.916 y desde entonces sólo acumula caída tras caída, hoy en día, una década después de la "década perdida" el Nikkei todavía está aún por debajo del 70% desde su máximo y el mercado inmobiliario sigue alcanzando sólo el 40% de sus valores máximos 1990.

 Si nos centramos en lo que hicieron los políticos y lo comparamos con los nuestros de hoy en día la igualdad es clara. El Banco de Japón esperó casi 18 meses antes de recortar las tasas de interés (el BCE incluso los subió en un primer momento) y no fue hasta mediados de 1990 que las bajó hasta el 0,5%, (actualmente en Europa están en el 1% y con expectativas de nuevos recortes).

Más adelante el gobierno japonés comenzó a inyectar miles de millones de yenes en la economía, (como las subastas a coste mínimo de la banca y a un plazo de tres años que realiza el BCE actualmente) pero para entonces Japón ya estaba en la crisis de larga duración que se conoce como la "década perdida".

Si toda esta burbuja, su explosión y la actuación de los políticos os suena creo que estamos todos en situación de imaginar que quizás esta crisis global, y la crisis española en particular, tienen mucho de paralelismo con la japonesa, esperemos que sepamos verlo y actuar en consecuencia, de lo contrario aun nos quedan muchos años de sufrimiento.

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