Si hace unos meses comentábamos la nefasta operación bursátil que para algunos ahorradores supuso la salida a bolsa de Banca Cívica, hoy nos toca hacer referencia a Bankia, su hermana mayor y que mayores pérdidas acumula tras la "no intervención" del gobierno de España.
Y es que no hace ni un año, la operación se realizó a mediados de julio de 2011, que como imagen de fortaleza del sistema bancario español se efectuaba la colocación de un paquete del entorno del 50% de Bankia, el resto continuaría en manos de las cajas de ahorro a través del Banco Financiero y de Ahorro.
La operación fue difícil, incluso se retrasó en multitud de ocasiones dada la dificultad de colocar a inversores institucionales una entidad con cierto tufillo a digamos, sector inmobiliario. El precio de la colocación, 3,75 euros por acción, suponía un descuento del 60% sobre el valor en libros y era una concesión a los inversores más precavidos que desconfiaban de la operación.
Dada la dificultad de encontrar inversores institucionales tan poco dispuestos a creerse las cuentas la entidad decidió lo más sencillo, una colocación dura entre los casi 10 millones de clientes de la entidad, con una fuerte presión sobre las oficinas, los teléfonos sacaban humo aquellas tardes.
Al final la operación se pudo realizar, casi medio millón de ahorradores confiados en sus gestores de toda la vida dejaban sus ahorros en manos del valor de la entidad, desde entonces su camino no se puede decir que haya sido un camino de rosas.
Durante los primeros días el valor, a diferencia del sector, se mantuvo estable, los agentes colocadores hacían bien su trabajo defendiendo la ventas con compras y dando cierta tregua al valor. Cuando dicha coraza desapareció empezó su lento declinar hasta alcanzar en estos días una caída de vértigo tras la "no intervención".
Un ahorrador que comprara aconsejado por sus asesor financiero Bankias a 3.75 ha podido ver cómo su acción tocaba ayer jueves 17 de mayo los 1,45 euros por acción, había perdido más del 60% de su inversión en menos de un año, para echarse a temblar.
Y es que todo esto se ha realizado sin un mínimo de control ni del Banco de España ni de la CNMV, que han visto una vez más cómo miles de ahorradores pierden sus ahorros mal aconsejados por sus bancos y sin que los organismo reguladores hagan su trabajo, pero es que aquí llegamos al punto de siempre, si los directivos de las cajas son políticos y a los reguladores los colocan los políticos... una vez más sabemos quienes no van a perder, los políticos.
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