Esta semana la noticia económica de la nacionalización de Bankia no ha dejado de ser cabecera de todos los periódicos, su ex-presidente, Rodrigo Rato, ha visto cerrarse el circulo que comenzó en 1996 con su primer ministerio de economía del gabinete Aznar, esta es su historia.
Y es que en 1996 el Partido Popular vence en la elecciones a Felipe González, y tras 14 años de gobiernos socialistas se da la alternancia. José María Aznar nombra a Rodrigo Rato ministro de economía y hacienda con una labor por delante, que España entre en el Euro.
Durante esta primera legislatura se ponen las bases de una economía más liberal, se privatizan Endesa, Argentaria, Repsol, Telefónica etc... El estado adelgaza con el objetivo de cumplir con Maastricht.
Apoyado por entonces por la entrada en el euro y con la posibilidad de acceder al dinero a tipos nunca vistos en España (a finales de los ochenta y principios de los noventa el coste del dinero estaba por encima del 12%) comenzó a crear la burbuja que hoy conocemos.
Los bancos comenzaron a prestar todo el dinero que no tenían pero que no les costaba pedir prestado, las empresas comenzaron a contratar más trabajadores en sectores intensivos en mano de obra, construcciones principalmente, lo cual creó un efecto llamada en la inmigración Latinoamericana que echó más leña al fuego.
Con esta situación Aznar decidió optar por Mariano Rajoy como candidato a la presidencia del gobierno y Rodrigo Rato tuvo su exilio dorado como presidente del FMI con categoría de jefe de estado y un saldo en consonancia.
Razones personales le obligaron a dejar la presidencia del FMI y volver a España, su futuro entonces tras pasar por diferentes consejos es Caja Madrid, una caja que tras la lucha entre la presidenta provincial y Gallardón termina con Rato como presidente de consenso. La crisis ya estaba ahí.
Entonces en plena explosión de la burbuja los jefes del PP pretenden crear su gran caja, Bankia, una caja superior en tamaño a La Caixa, foco del poder en Barcelona, lo que los políticos no quisieron ver es que la suma de dos gigantes con pies de barro no es un gigante mayor, sino una nacionalización de difícil trago como la que tenemos por delante ahora.
Rodrigo Rato fue el gran artífice de la entrada de España en el euro, del salto en calidad de vida de este país, sin embargo, con la nacionalización de su Bankia la semana pasada surge la duda de si todo ese gran crecimiento no fue sino el resultado de un dinero fácil que cuando se terminó mostró las vergüenzas de España, él ahora ya lo sabe.
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