lunes, 18 de marzo de 2013

Corralito en Chipre, es posible en España?.

La historia de Chipre durante el siglo XX es de las más intensas que existen, primero como colonia británica y más adelante como democracia derrocada por militares golpistas pro-griegos, y la posterior invasión turca que supuso la partición entre el norte musulmán y el sur cristiano ortodoxo.



En 2004 entra a formar parte como miembro de pleno derecho de la Unión Europea y adopta el Euro como moneda, al menos en la parte griega, la misma que no aceptó en referéndum la unificación con el norte turco.

La economía chipriotra se basa tanto en las bondades del clima mediterráneo como en una suerte de ser paraíso fiscal. Y es que el bajo tipo impositivo del impuesto de sociedades, entorno al 10%, atrajo a gran cantidad de millonarios rusos y mafiosos de la ex-Yugoslavia, que con un sistema tan opaco y poco impositivo encontraban aquí un auténtico paraíso para su dinero.

El problema finalmente ha resultado ser doble, por una parte el origen de los fondos depositados en Chipre no ha resultado claramente explicado, parece todo una lavadora de blanqueo del dinero del tráfico de armas y las drogas, y que tal cantidad de dinero ha resultado ser varias veces superior al PIB de la isla. Un pasivo excesivamente oneroso.

El pasado viernes el país pidió el rescate, no podía el gobierno hacer frente a los pagos y no era capaz de encontrar financiación en los mercados. La reunión del eurogrupo aceptó abrir una vez más la chequera, 10.000 millones, sin embargo, en año electoral alemán, las presiones alemanas fueron especialmente duras. Como si de una suerte de nueva Werhmacht se tratara, los alemanes, apoyados por el FMI, exigieron que los propios tenedores y accionistas de las sociedades chipriotas tendrían que hacer frente a la deuda vía impuestos. Un torpedo en las finanzas rusas en la isla.

Finalmente el gobierno chipriotra, temeroso de una huida terrible de los fondos rusos decretó el corralito, hasta el próximo miércoles nadie podrá sacar dinero de la isla hasta que lleguen a sus manos las cuentas claras y netas de impuestos, de los depositantes.

Desde luego que España no es Chipre y que las circunstancias son diametralmente opuestas, pero el mantra ese que cuenta que los depósitos y las cuentas a la vista de los depositantes son sagradas, al menos hasta los 100.000 euros, se ha terminado. Esperemos que la excepción no confirme la regla.

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