La locomotora alemana pierde potencia, las tasas de crecimiento por encima del 1,5% y la tasa de paro en el 7% son ya papel mojado, hoy el Bundesbank ha reconocido que la situación europea les va a pasar factura, era sólo cuestión de tiempo.
Y es que la realidad de una economía exportadora como la alemana no puede ser la que todos los días la canciller Angela Merkel nos quiere hacer ver, es cierto que las cuentas fiscales están saneadas, pero lo están por la aversión al riesgo de los inversores, y todos conocemos que éstas aves tan pronto ponen sus huevos en un nido como lo dejan vacío de por vida.
Europa está temblando, en un momento crucial como el que vivimos, los países que han sido las potencias durante siglos están con sus ciudadanos atenazados, el paro, el miedo a perder el empleo, hace que las decisiones de consumo se pospongan, y ese Audi, BMW ó ese aparato quirúrgico de última tecnología no se vaya a comprar hoy, quizás no se compre en mucho tiempo, y eso significa que la industria alemana se quede con todo su stock de productos en el almacén.
Las expectativas que el banco central, dirigido por Jens Weidmann, ha dado a conocer hoy son muy duras, si en un primer momento se pensaba que Alemania crecería un 1,6% en 2013, ahora se estima que únicamente lo hará un 0,4%, un 25% de lo inicialmente estimado. La población desempleada, afirma el informe, se mantendrá con una ligera tendencia al alza hasta el entorno del 7,2%, pero añadiendo a renglón seguido que eso será sólo posible unicamente gracias a reducciones de jornada y flexibilidad en el trabajo.
Las últimas páginas del informe no son sino la letra pequeña de todo contrato peligroso, y es que afirma que si la situación de la deuda periférica no se soluciona y continúan las tensiones en los países con problemas, la recuperación puede ser más lenta, y el crecimiento del PIB menor aun. Un panorama desolador que está ahí y que bien podría hacer ver a la canciller alemana que la austeridad es un arma de doble filo y que al final si no se siembra, no se recoge.
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