martes, 27 de noviembre de 2012

La Caixa compra Banco de Valencia.

Hoy 27 de noviembre, la Comunidad Valenciana pierde una nueva entidad financiera, primero fueron las que no hace mucho eran la tercera y cuarta cajas de ahorro por volumen de activos, Bancaja y la CAM; más adelante Ruralcaja era absorbida por Cajamar, y hoy, la entidad financiera más antigua de la comunidad ha pasado a manos de La Caixa.



Era esta noticia la crónica de una muerte anunciada, y es que desde la entrada del FROB en su accionariado al no poder cumplir con los requisitos mínimos de solvencia, el estado andaba como loco por intentar quitársela de encima, entregando un cuaderno de venta tras otro a todas aquellas entidades que mostraban un mínimo interés. Finalmente, se quedó para el estudio final en posesión del BBVA, Bankinter y La Caixa.

Banco de Valencia era una entidad con problemas extremos de solvencia, por un lado, contaba ya con activos adjudicados por importe de 853 millones de euros a finales de 2011, y su cartera de inversión crediticia estaba repleta de crédito promotor, lo mejor de lo mejor...

Tras los test de stress realizados por Oliver Wyman hace ahora un mes, se calculó que las necesidades de capital a las que la entidad tendría que hacer frente en un escenario de máxima pérdida eran de 3.462 millones de euros, cuando en su cuenta de resultados se observaba una pérdida de hasta 887 millones en 2011.

Con este panorama la venta era harto difícil, y el esquema de protección que La Caixa ha conseguido a coste del estado, es decir, de cada ciudadano que paga sus impuestos es para asombrar.

Primero ha logrado que aquellos activos problemáticos, unos 6.000 millones, sean transferidos al banco malo, al Sareb, para una cantidad de activos ha logrado un esquema de protección especial que absorba las posibles pérdidas que sucedan, y para terminar con todo esto ha conseguido 4.500 millones en ayudas. Se puede decir que el Banco de Valencia le ha salido gratis a la entidad barcelonesa.

Y con todo esto qué consigue La Caixa, por una parte aumentar su cuota en una comunidad donde no alcanza el 10%, frente a algo más del 15% en el conjunto de España, reafirmar su posición como primera entidad financiera en España por volumen de activos, y posicionarse como accionista de referencia en Aguas de Valencia, donde podría canjear su presencia vía Banco de Valencia con Suez, principal accionista de Aguas de Barcelona. Una nueva jugada maestra de Isidro Fainé y los suyos.

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