La City anda revuelta, los directivos de uno de los bancos que mejor están capeando la crisis actual, Barclays Bank, se han visto obligados a dimitir por un escándalo sobre la fijación de los índices de referencia Libor y Euribor.
La mayoría de la gente conoce el Euribor por ser el índice sobre el que fluctúa la cuota de sus hipotecas, pero dicho índice es capital en el día a día del sistema bancario. Podemos definirlo como el tipo al que los principales bancos de la zona Euro se prestan el dinero entre sí. Si estuviéramos hablando del sistema británico este sería el Libor.
Resulta que hacia el final del verano de 2008 las autoridades británicas se encontraron con unos tipos de intercambio Libor muy altos, lo que podía dar a entender una falta de liquidez en el mercado y de desconfianza en la banca. Y es aquí donde comienza la trampa, como el índice de referencia de las hipotecas se basa no el tipo real, sino en las ofertas que los bancos se lanzan entre sí (sin necesidad de llega a acuerdo real entre las partes), los principales protagonistas decidieron manipularlo, uno era el tipo con el que operaban a ojos del mercado y el que a cada ciudadano afectaba, y otro el que entre ellos se prestaban.
Tras haber recibido una multa de 291 millones de euros, y haber cesado tanto el CEO de la compañía, Bob Diamond, como a su presidente, el dilema con el que ahora nos encontramos es el de una banca, salvada una y mil veces por parte del contribuyente, y el de unos ejecutivos, que por encima ya no sólo de la moral sino de la legalidad, se basan en mentiras y manipulaciones para ganar un euro que ya no es suyo.
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