En la reunión del día 22 de junio en Roma parecía que la Europa del sur había logrado doblegar el espíritu de austeridad aleman y conseguido que Angela Merkel dijera aquellas palabras sobre la necesidad de que para el crecimiento alemán la recuperación de España e Italia era más que necesaria.
La venganza es un plato que se sirve frío, y Angela Merkel tuvo que soportar criticas de alguno de los halcones que gobiernan el Bundesbank sobre las cesiones a los gastones y vagos vecinos del sur, Pero la canciller alemana conoce los tiempos y las fuerzas con las que cuenta, sabía que la fruta madura termina cayendo, sólo hay que esperar.
Estos días los mercados están azuzando de lo lindo, algunas comunidades autónomas han reconocido su incapacidad para hacer frente a los pagos pendientes y la prima de riesgo ronda ya los 640 pb de spread sobre el bono a 10 años alemán.
Para añadir más leña al fuego el presidente del Banco Central, Mario Draghi, ya ha dejado claro que las compras para atenuar la tensión sobre el bono español son cosas del pasado y que cada uno que aguante su vela. España sola ante el peligro.
Con la financiación más cara de la historia, con comunidades que representa más del 25% del PIB español pidiendo ayuda, y un sistema financiero que ya ha solicitado 100.000 millones de euros a la Unión Europea para su recapitalización ya que el estado no es capaz de hacerlo, nos encontramos a las puertas del abismo.
Angela Merkel lo sabe y ya sólo espera el momento para ser la única capaz de solucionar la grave encrucijada en la que nos encontramos e imponer las medidas de austeridad alemanas al conjunto de Europa. Nos esperan años duros, en los que la alegría mediterránea va a ser desplazada por el frío teutón, en los que la voz en grito se silenciarán por el trabajo a destajo.
Es lo que nos espera y a lo que tendremos que acostumbrarnos a partir de ahora, los días de vino y rosas se han terminado, esperemos que los sacrificios valgan la pena. Confiar y esperar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario