Uno nunca se ha considerado un ultra liberal económico, pero la verdad es que anonadado estoy aún de escuchar las palabras del portavoz de esa amalgama de partidos de izquierda y comunistas que es Alberto Garzón.
En el día de hoy el gobierno argentino, después de vender en el año 1999 a Repsol la compañía YPF, ha decidido que donde dije digo, digo Diego y que ese petróleo del que te vendí la comercialización es mío y que por lo tanto me lo vuelvo a quedar, que para eso soy la presidenta. Como seguro que poca memoria no tenemos ninguno, pues no volveré a recordar el corralito de principios del siglo XXI y el pésimo trato que el gobierno argentino de entonces dio a los argentinos y a los inversores que les prestaron la plata (a saber dónde la tendrán) así que nos centraremos en este hecho y en las palabras de nuestro amigo Alberto Garzón.
"Repsol no es técnicamente una empresa española", pues más del 50% de la multinacional es propiedad del capital extranjero, y además "proporciona beneficios a la economía española que podrían considerarse nimios".
Bien, muy bien amigo Garzón, desde luego en contar dineros que no son tuyos eres muy bueno, supongo que las expropiaciones de tu amigo Stalin en los años 30 a pequeños agricultores también te gustaron, pero claro, de ese mejor no acordarse. Repsol es una empresa contribuidora a las arcas de España, esas tan vacías y que según tus palabras deberíamos dejar y abandonar por considerar como"nimios" los capitales que proporcionan, fijate, sin ir más lejos el primer aportante a las arcas Vizcaínas es Repsol-Petronor.
Entiendo también que los salarios a los más de 16.000 trabajadores directos de Repsol en España y las contribuciones a las arcas de la seguridad, esa que paga las prestaciones a nuestros mayores y desempleados también los pagará.... bueno eso mejor nos lo cuentas otro día querido próximo premio Nobel de Economía.
Estimadísimo Alberto, trabajadores somos todos, y el defender Repsol es defender España, si el gobierno no hace nada pronto vendrán y quitarán los miles de millones invertidos en todo el mundo por empresas españolas, y entonces sí que sí, las acciones de pequeños trabajadores que un día pensaron que meter un dinero en bolsa no era malo se perderá para siempre.
Lo mires por donde lo mires la expropiación es mala para España, muy mala y para los trabajadores, peor.
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