Si hay algo que los norteamericanos han sabido hacer bien desde que se creó su nación es crear ilusiones, desconozco quién es el inventor de ese sueño americano por el cual cualquiera puede llegar a ser presidente o labrarse un futuro lleno de riqueza, pero desde luego como vendedor de humo no tenía precio.
EEUU es sin lugar a dudas el país de las desigualdades, donde los más ricos acaparan más riquezas que en ningún otro lugar del mundo, y uno de los escasos países donde no existe la más mínima cobertura sanitaria estatal.
Y es la unión de esta brutal diferencia y ese sueño americano el que podemos ver estos días en las primarias del Partido Republicano, donde eligen al que será rival del Presidente Barack Obama es las elecciones que se celebrarán el primer martes, después del primer lunes, de noviembre.
Por un lado un súper millonario mormon, ex-gobernador del estado más progresista, Massachusets, y por otro un ultra católico apoyado por los evangélicos (si Kennedy levantara la cabeza). Desde luego creo que a pesar de llevarse de calle el voto conservador de los muy conservadores estados del medio oeste y del sur, Rick Santorum no tiene nada que hacer en la nominación republicana; de acuerdo, está haciendo más ruido del que muchos pensaban, y mucho más del que al aparato del Partido Republicano le gustaría, pero al final la carrera tiene un vencedor, el dinero, aquel que apuesta más fuerte gana, y Mitt Romney tiene más.
Desconozco si alguien cree aún en el sueño americano, y si sigue teniendo fe en él, pero en pleno siglo XXI, el del capitalismo salvaje y los derechos perdidos no tiene cabida. El que más dinero y más fuerte apueste, gana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario