Moody´s ha rebajado la calificación crediticia del Reino Unido desde la AAA que poseía y motivado porque las expectativas de crecimiento en el corto y medio plazo para el país se considera que permanecerán débiles.
Y es que cualquier visitante a las islas podrá comprobar los efectos de la durísima reconversión industrial llevada a cabo por Margaret Thatcher a principios de los 80. Entonces la dama de hierro metió mano a toda la industria metalúrgica y minera británica, y el país que a partir de las minas de carbón de Gales, la industria de Manchester y las navieras de Liverpool controló los mares y ganó dos guerras mundiales perdió casi la totalidad de su sector secundario.
A cambio la líder conservadora se decidió a liberalizar el sector financiero, a dar alas a la City de Londres mientras se reía de la trasnochada economía industrial de países como Alemania. Los británicos empiezan a darse cuenta ahora de que apostar de manera exagerada por la industria financiera es una debilidad semejante a la dependencia que la economía española ha tenido respecto al sector de la construcción.
Es por eso que, a pesar de las fortalezas del sistema británico también reconocidas por el informe de Moodys, la entidad estima que motivado por el enfriamiento de la economía mundial y las carencias de la economía británica, el país continuará durante mucho tiempo en una espiral de escaso crecimiento.
Sinceramente creo que las debilidades de la economía británica, muy superiores en algunos casos a la española, han pasado desapercibidos por algo que en España no se tiene, un centro financiero a nivel mundial y la influyente presencia de los más importantes grupos mediáticos del mundo en su capital. El tener al posible enemigo en casa siempre ayuda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario