lunes, 27 de agosto de 2012

5 años no son nada

Todo empezó en el verano de 2007, la economía española era la envidia de Europa, catapultada por el consumo interno que crecía a tasas superiores al 3% año tras año, la construcción y el pleno empleo se podía decir, incluso alguno lo dijo, que estábamos en la Champions League de la economía mundial. Hoy las cosas han cambiado, y mucho.



Todo empezó un 9 de agosto, entonces BNP Paribas congeló las solicitudes de reintegro de 3 de sus fondos de inversión basados en el mercado hipotecario, el Banco Central Europeo en vista de la situación empezó a regar los mercados que siguiendo con la metáfora estaban a parecer un secarral.

En España sacábamos pecho, que si el mejor sistema financiero del mundo, que si el Banco de España había realizado una labor excelente o que las hipotecas subprime no existían eran algunas de las frases que por mucho repetirse no iban a convertirse en realidad. Por el contrario, la dura realidad fue que la financiación barata dejó de existir, los bancos empezaron a retirar sus créditos ante el riesgo de insolvencia del sector promotor, y el aluvión de personas que años antes habían acudido al sector del ladrillo en busca del dinero fácil hacían cola ante el INEM en busca de una oportunidad o una prestación que cobrar.

5 años después se todo aquello las consecuencias son fáciles de observar cada día, la tasa de paro oficial alcanza el 24,6%, el déficit de las cuentas del estado ha alcanzado en un sólo año el 8,5% del PIB español y los activos inmobiliarios se han depreciado un 25%, y lo que falta.

La factura está siendo dura, y la solución cuando uno no paga la dolorosa es bien fregar platos, algo que se nos ha olvidado hacer, o bien no pagar y que no nos vuelvan a dejar entrar en ningún sitio. En un mundo globalizado, con libertad de movimiento de capitales las dos soluciones van a ser duras, y mucho.

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