lunes, 8 de abril de 2013

Margaret Thatcher, la Dama de Hierro.

La ex-primera ministra británica Margaret Thatcher, más conocida como la 'Dama de Hierro', ha fallecido esta mañana en su residencia de un ataque de apoplejía, según ha informado su portavoz. Pasará a la historia como la aguerrida mujer que transformó radicalmente al Reino Unido con sus reformas económicas y lo devolvió al primer plano internacional.


Cuando Margaret Thatcher fue elegida primer ministro del Reino Unido en la primavera de 1979, el país atravesaba una profunda crisis económica que tuvo su punto culminante en el invierno del 78/79. El gobierno laborista que llevaba años en el poder se encontraba profundamente desgastado por crecimientos bajos de la economía y un país en caída social continuada desde la victoria en la segunda guerra mundial. Las políticas económicas que se encontró al llegar al gobierno y que se habían venido aplicando desde la época de Keynes eran las de control de la inflación mediante el establecimiento de precios y el control fiscal para controlar la demanda.

Para reactivar una economía enferma, privatizó industrias, recortó drásticamente el gasto público, desmanteló partes importantes del Estado de bienestar, bajó los impuestos y debilitó a los sindicatos. Con su política ultraliberal provocó un fuerte aumento del desempleo -se llegaron a superar los tres millones de parados- y enfrentó graves conflictos sociales, como la larga huelga de mineros que reprimió severamente en 1984.

Sin embargo en el largo plazo, se mantuvo casi 12 años en el poder, logró que a partir de mediados de los 80 la economía británica volviera a superar a sus rivales europeos, Alemania y Francia principalmente, que desde los años 50 había crecido a tasas muy superiores a la inglesa. Ese mayor crecimiento se ha mantenido incluso durante los gobiernos laboristas de Tony Blair y Gordon Brown y hasta el estallido de la burbuja financiera en 2007.
Las consecuencias de sus acciones en el plano económico fueron encaminadas hacia la privatización de sectores como las comunicaciones, el gas o el resto de utilities, que provocó que se transfirieran gran cantidad de recursos hacia el sector privado, que al finalmente redundó en una mayor competencia.
En asuntos internacionales fue siempre gran aliada de Ronald Reagan, con el que compartía enormes afinidades tanto en el plano político como económico. En 1982, envió el mayor destacamento naval desde la Segunda Guerra Mundial para reconquistar las islas Malvinas, tras la invasión protagonizado por un gobierno militar argentino agonizante, provocando una ola de patriotismo en el país y encarrilando su reelección al año siguiente.

Si algo caracterizó siempre sus acciones fue su intransigencia y dureza en cada asunto que trataba, de ahí su apodo de 'Dama de Hierro'. Sin embargo fue su falta de cintura en un asunto interno como el Poll Tax, el que hizo que su propio partido, el conservador, se desentendiera de ella, a lo que tuvo que presentar su dimisión y abandonar el número 11 de Downing Street en 1990.

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