En un comunicado hecho público esta mañana el Banco Santander ha comunicado la marcha voluntaria del Alfredo Sáenz, vicepresidente y consejero delegado del Grupo. De esta manera deja atrás 32 años de presencia en los más altos cargos de dirección de la banca española, desde el Banco de Vizcaya en 1981 hasta el Grupo Santander actualmente.
Nacido en Las Arenas y licenciado por la comercial de Deusto, su destino no podía ser otro que alguno de los dos bancos que se nutrían de ese vivero que es la comercial, en su caso fue el Banco de Vizcaya. Allí, a las órdenes de Pedro Toledo entra en el área de planificación, sin embargo, en un banco donde no existían cargos sino misiones pronto le llegaría la primera prueba para demostrar su valía, Banca Catalana.
Muchos aun recuerdan cómo en un par de meses consiguió aprender catalán y desarrollar la junta general de la entidad intervenida. Los números comenzaban ya a cuadrar y comenzaba a desplazar a otros grandes del banco como Luzón ó Abril como preferido de Toledo.
La fusión con el Banco de Bilbao fue uno de sus momentos más difíciles, por una parte forma parte de los consejeros ejecutivos, aquellos Corcóstegui, Saénz Azcunaga que aupados por Toledo, entonces co-presidente del BBV, a la más alta dirección del banco toman el hacha de guerra a la muerte de éste para que los pactos de fusión siguieran vivos y el espíritu Vizcaya no desapareciera.
Finalmente con la presidencia única del BBV en manos de Emilio Ybarra pasa a un segundo plano hasta la intervención de Banesto, donde tras un proceso plagado de irregularidades, sobres abiertos llegados fuera de tiempo etc... se adjudica la entidad al Banco Santander. Los gritos de sus hasta entonces compañeros aun se escuchan por los pasillos de Gran Vía 1.
Tras su incorporación al Grupo Santander en 1994 con ocasión de la adquisición de Banesto, desempeñó el cargo de presidente de dicha entidad hasta 2002, en que fue nombrado vicepresidente y consejero delegado de Banco Santander hasta la actualidad. En todo este tiempo el banco ha pasando de tener unos activos de 358.138 millones de euros (2001) a 1,25 billones de euros (2012), y de unos fondos gestionados de 453.384 millones de euros (2001) a 1,39 billones de euros (2012). El propio Botín ensalzó su trabajo durante la última junta de accionistas, el pasado 22 de marzo: «Sáenz ha desarrollado una magnífica labor en los años que lleva con nosotros».
Quizás por eso deja el banco con una de las pensiones más altas cobradas por un directivo en España, 88,1 millones de euros, un retiro dorado por lo tanto, para uno de los banqueros con mayúsculas de este país.
lunes, 29 de abril de 2013
viernes, 26 de abril de 2013
La Alemania de Merkel
Estamos en año electoral en Alemania, el 22 de septiembre se renueva el Bundestag y se elige a un nuevo canciller para los próximos 4 años. Es por eso que todas las decisiones políticas que este año se vayan a tomar en la Unión Europea se van a ver marcadas invariablemente por la agenda electoral alemana, estas son algunas de sus claves.
A pesar de ser la economía más poderosa de la Unión, se comienzan a ver síntomas de cansancio en la poderosa industria alemana, y es que si bien la tasa de paro se encuentra en su tasa más baja en 2 décadas, 6,8%, el PIB se contrajo un 0,6% durante el último trimestre de 2012, y eso no indica sino que el carbón que hace que la locomotora funcione llega en una medida insuficiente para crecer.
Las ayudas que Alemania concede al resto de sus socios comunitarios y que le permiten llevar la voz cantante en las decisiones de Bruselas son escandalosas, los préstamos y garantías cedidos a instituciones como el FMI y la UE alcanzan los 486.000 millones de euros. Dinero que ha servido para los rescates a Grecia, Irlanda, Portugal y España.
Todas estas ayudas que el contribuyente alemán siente que salen de su bolsillo y su país para ir fuera de sus fronteras son muy importantes en la agenda actual, durante el rescate a Grecia de la primavera de 2010, la Unión Democristiana, el partido de Merkel, vio cómo la intención de voto caía a su punto más bajo, un 29% y en las últimas elecciones regionales los liberales de la FDP y aliados de Merkel en Berlín lograron salir de la crisis política en la que estaban sumidos gracias a un discurso más duro sobre Europa.
Parece lógico que la austeridad y rigor de la clase media alemana tiene que tener su reflejo en sus gobernantes, pero éstos deben hacerles ver que gran parte de su riqueza procede de sus vecinos, que durante años han estado comprando sus coches, sus trenes, su industria pesada y sus medicinas. Desde luego que están soportando una carga importante con este rescate, pero lo que finalmente está en juego es su propio estado del bienestar, si Europa cae Alemania caerá, y si algo debemos aprender de la historia es que no podemos cometer los errores del pasado. Para eso creamos la Unión Europea.
A pesar de ser la economía más poderosa de la Unión, se comienzan a ver síntomas de cansancio en la poderosa industria alemana, y es que si bien la tasa de paro se encuentra en su tasa más baja en 2 décadas, 6,8%, el PIB se contrajo un 0,6% durante el último trimestre de 2012, y eso no indica sino que el carbón que hace que la locomotora funcione llega en una medida insuficiente para crecer.
Las ayudas que Alemania concede al resto de sus socios comunitarios y que le permiten llevar la voz cantante en las decisiones de Bruselas son escandalosas, los préstamos y garantías cedidos a instituciones como el FMI y la UE alcanzan los 486.000 millones de euros. Dinero que ha servido para los rescates a Grecia, Irlanda, Portugal y España.
Todas estas ayudas que el contribuyente alemán siente que salen de su bolsillo y su país para ir fuera de sus fronteras son muy importantes en la agenda actual, durante el rescate a Grecia de la primavera de 2010, la Unión Democristiana, el partido de Merkel, vio cómo la intención de voto caía a su punto más bajo, un 29% y en las últimas elecciones regionales los liberales de la FDP y aliados de Merkel en Berlín lograron salir de la crisis política en la que estaban sumidos gracias a un discurso más duro sobre Europa.
Parece lógico que la austeridad y rigor de la clase media alemana tiene que tener su reflejo en sus gobernantes, pero éstos deben hacerles ver que gran parte de su riqueza procede de sus vecinos, que durante años han estado comprando sus coches, sus trenes, su industria pesada y sus medicinas. Desde luego que están soportando una carga importante con este rescate, pero lo que finalmente está en juego es su propio estado del bienestar, si Europa cae Alemania caerá, y si algo debemos aprender de la historia es que no podemos cometer los errores del pasado. Para eso creamos la Unión Europea.
lunes, 15 de abril de 2013
Canadá en el punto de mira.
La caída en las ventas de viviendas y el record en el importe total concedido sobre hipotecas están haciendo temblar la economía canadiense justo cuando el presidente del banco central prepara su traslado hacia la city de Londres como presidente del Banco Central de Inglaterra.
Y es que si hay una economía que ha superado claramente la crisis esta es la canadiense, mientras al sur de su frontera los banco estadounidenses caían uno tras otro, la buena regulación y la capacidad exportadora de un país de no más de 34 millones de habitantes, han provocado que las estadísticas sitúen a este país entre los primeros en los índices más importantes, tanto de desarrollo humano como de renta per cápita.
Sin embargo, al igual que pasó en España con la burbuja inmobiliaria, esto puede tener los días contados. Al igual que ocurría en España, la construcción lo ocupa todo, según la página web SkyscraperPage.com, Toronto, tenía durante el pasado mes de agosto 144 rascacielos en construcción, más que cualquier otra ciudad del mundo, incluidas las metrópolis chinas.
El origen del momento actual de la economía canadiense se inicia con la actual crisis económica, el presidente del banco central, Mark Carney, decidió rebajar los tipos de interés 400 puntos básicos hasta el 0,25%, lo que hizo que el tipo final de las hipotecas (en norteamérica la mayoría de las hipotecas son a tipo fijo a diferencia de España) se quedara en el 3%. Animados por estos tipos tan bajos los canadienses se lanzaron de forma desaforada a comprar casas, a continuación van algunos datos que no hacen sino reforzar (algunos) de los paralelismos con España:
-Durante los últimos 10 años, el precio de la vivienda ha subido un 82%, motivado por los incentivos del gobierno y los bajos tipos de interés.
-El precio medio de un adosado en la ciudad de Vancouver es de 1,15 millones de dólares canadienses, desde 2005 este precio se ha doblado.
-La construcción de nuevas viviendas desde abril de 2009 a abril 2012 ha crecido un 142%.
Desde luego que las similitudes entre las economías española y canadiense acaban ahí, pero cabe destacar el enorme daño que la burbuja inmobiliaria ha causado y causa en España, por lo que no está de más alertar sobre este país norteamericano.
Y es que si hay una economía que ha superado claramente la crisis esta es la canadiense, mientras al sur de su frontera los banco estadounidenses caían uno tras otro, la buena regulación y la capacidad exportadora de un país de no más de 34 millones de habitantes, han provocado que las estadísticas sitúen a este país entre los primeros en los índices más importantes, tanto de desarrollo humano como de renta per cápita.
Sin embargo, al igual que pasó en España con la burbuja inmobiliaria, esto puede tener los días contados. Al igual que ocurría en España, la construcción lo ocupa todo, según la página web SkyscraperPage.com, Toronto, tenía durante el pasado mes de agosto 144 rascacielos en construcción, más que cualquier otra ciudad del mundo, incluidas las metrópolis chinas.
El origen del momento actual de la economía canadiense se inicia con la actual crisis económica, el presidente del banco central, Mark Carney, decidió rebajar los tipos de interés 400 puntos básicos hasta el 0,25%, lo que hizo que el tipo final de las hipotecas (en norteamérica la mayoría de las hipotecas son a tipo fijo a diferencia de España) se quedara en el 3%. Animados por estos tipos tan bajos los canadienses se lanzaron de forma desaforada a comprar casas, a continuación van algunos datos que no hacen sino reforzar (algunos) de los paralelismos con España:
-Durante los últimos 10 años, el precio de la vivienda ha subido un 82%, motivado por los incentivos del gobierno y los bajos tipos de interés.
-El precio medio de un adosado en la ciudad de Vancouver es de 1,15 millones de dólares canadienses, desde 2005 este precio se ha doblado.
-La construcción de nuevas viviendas desde abril de 2009 a abril 2012 ha crecido un 142%.
Desde luego que las similitudes entre las economías española y canadiense acaban ahí, pero cabe destacar el enorme daño que la burbuja inmobiliaria ha causado y causa en España, por lo que no está de más alertar sobre este país norteamericano.
lunes, 8 de abril de 2013
Margaret Thatcher, la Dama de Hierro.
La ex-primera ministra británica Margaret Thatcher, más conocida como la 'Dama de Hierro', ha fallecido esta mañana en su residencia de un ataque de apoplejía, según ha informado su portavoz. Pasará a la historia como la aguerrida mujer que transformó radicalmente al Reino Unido con sus reformas económicas y lo devolvió al primer plano internacional.
Cuando Margaret Thatcher fue elegida primer ministro del Reino Unido en la primavera de 1979, el país atravesaba una profunda crisis económica que tuvo su punto culminante en el invierno del 78/79. El gobierno laborista que llevaba años en el poder se encontraba profundamente desgastado por crecimientos bajos de la economía y un país en caída social continuada desde la victoria en la segunda guerra mundial. Las políticas económicas que se encontró al llegar al gobierno y que se habían venido aplicando desde la época de Keynes eran las de control de la inflación mediante el establecimiento de precios y el control fiscal para controlar la demanda.
Para reactivar una economía enferma, privatizó industrias, recortó drásticamente el gasto público, desmanteló partes importantes del Estado de bienestar, bajó los impuestos y debilitó a los sindicatos. Con su política ultraliberal provocó un fuerte aumento del desempleo -se llegaron a superar los tres millones de parados- y enfrentó graves conflictos sociales, como la larga huelga de mineros que reprimió severamente en 1984.
Sin embargo en el largo plazo, se mantuvo casi 12 años en el poder, logró que a partir de mediados de los 80 la economía británica volviera a superar a sus rivales europeos, Alemania y Francia principalmente, que desde los años 50 había crecido a tasas muy superiores a la inglesa. Ese mayor crecimiento se ha mantenido incluso durante los gobiernos laboristas de Tony Blair y Gordon Brown y hasta el estallido de la burbuja financiera en 2007.
Las consecuencias de sus acciones en el plano económico fueron encaminadas hacia la privatización de sectores como las comunicaciones, el gas o el resto de utilities, que provocó que se transfirieran gran cantidad de recursos hacia el sector privado, que al finalmente redundó en una mayor competencia.
En asuntos internacionales fue siempre gran aliada de Ronald Reagan, con el que compartía enormes afinidades tanto en el plano político como económico. En 1982, envió el mayor destacamento naval desde la Segunda Guerra Mundial para reconquistar las islas Malvinas, tras la invasión protagonizado por un gobierno militar argentino agonizante, provocando una ola de patriotismo en el país y encarrilando su reelección al año siguiente.
Si algo caracterizó siempre sus acciones fue su intransigencia y dureza en cada asunto que trataba, de ahí su apodo de 'Dama de Hierro'. Sin embargo fue su falta de cintura en un asunto interno como el Poll Tax, el que hizo que su propio partido, el conservador, se desentendiera de ella, a lo que tuvo que presentar su dimisión y abandonar el número 11 de Downing Street en 1990.
Cuando Margaret Thatcher fue elegida primer ministro del Reino Unido en la primavera de 1979, el país atravesaba una profunda crisis económica que tuvo su punto culminante en el invierno del 78/79. El gobierno laborista que llevaba años en el poder se encontraba profundamente desgastado por crecimientos bajos de la economía y un país en caída social continuada desde la victoria en la segunda guerra mundial. Las políticas económicas que se encontró al llegar al gobierno y que se habían venido aplicando desde la época de Keynes eran las de control de la inflación mediante el establecimiento de precios y el control fiscal para controlar la demanda.
Para reactivar una economía enferma, privatizó industrias, recortó drásticamente el gasto público, desmanteló partes importantes del Estado de bienestar, bajó los impuestos y debilitó a los sindicatos. Con su política ultraliberal provocó un fuerte aumento del desempleo -se llegaron a superar los tres millones de parados- y enfrentó graves conflictos sociales, como la larga huelga de mineros que reprimió severamente en 1984.
Sin embargo en el largo plazo, se mantuvo casi 12 años en el poder, logró que a partir de mediados de los 80 la economía británica volviera a superar a sus rivales europeos, Alemania y Francia principalmente, que desde los años 50 había crecido a tasas muy superiores a la inglesa. Ese mayor crecimiento se ha mantenido incluso durante los gobiernos laboristas de Tony Blair y Gordon Brown y hasta el estallido de la burbuja financiera en 2007.
Las consecuencias de sus acciones en el plano económico fueron encaminadas hacia la privatización de sectores como las comunicaciones, el gas o el resto de utilities, que provocó que se transfirieran gran cantidad de recursos hacia el sector privado, que al finalmente redundó en una mayor competencia.
En asuntos internacionales fue siempre gran aliada de Ronald Reagan, con el que compartía enormes afinidades tanto en el plano político como económico. En 1982, envió el mayor destacamento naval desde la Segunda Guerra Mundial para reconquistar las islas Malvinas, tras la invasión protagonizado por un gobierno militar argentino agonizante, provocando una ola de patriotismo en el país y encarrilando su reelección al año siguiente.
Si algo caracterizó siempre sus acciones fue su intransigencia y dureza en cada asunto que trataba, de ahí su apodo de 'Dama de Hierro'. Sin embargo fue su falta de cintura en un asunto interno como el Poll Tax, el que hizo que su propio partido, el conservador, se desentendiera de ella, a lo que tuvo que presentar su dimisión y abandonar el número 11 de Downing Street en 1990.
miércoles, 3 de abril de 2013
Francia, la nueva España
Francia es un gran país, tiene un sistema político estable, una historia intachable de defensa de los ideales de la República con la igualdad, libertad y fraternidad y quizás lo más importante una gran clase media que sostiene un muy generoso estado del bienestar.
Sin embargo todo esto se puede venir abajo si a los ruidos de sable que últimamente suenan en la prensa económica anglo-sajona hacemos caso. Desde que “The Economist” publicara en noviembre un reportaje muy crítico (The time-bomb at the heart of Europe) sobre la situación de Francia, las noticias sobre la economía gala no han sido en absoluto positivas, y mucho menos si las comparamos con su vecino al otro lado del Rin.
El paro en Francia ha sido del 10,3% a finales de 2012 frente al 5,5% alemán, mientras la rigidez del presupuesto cuadra las cuentas de la República Federal Alemana, el déficit del estado galo ha alcanzado el 4,6% del PIB y mientras que la deuda alemana no deja de descender, se estima que el dinero que el Elíseo haya tomado prestado hasta 2015 alcance el 95% del PIB frente al 90,3% actual.
Desde luego que toda esta cantidad de cifras no pueden sino verse como un paraíso para las pseudo intervenidas España e Italia, donde cada día nos despertamos con un ojo en la prima de riesgo y otro en la próxima emisión de deuda que se debe realizar para que el estado siga funcionando.
Pero al gobierno francés hay que reconocerle algo, y es su apuesta por los servicios sociales, tan recortados en el sur de Europa y por su tímida voz pidiendo el fin de la austeridad y el retorno al papel que el estado debe tener en la creación de riqueza en la nación, Keynesianismo en estado puro. Por ejemplo, las medidas de política económica adoptadas por el gobierno Hollande, como la creación de 160.000 empleos públicos subvencionados, van en la dirección opuesta a las dictadas por ese ideal de austeridad marcado por Angela Merkel, y qué decir del aumento de la tasa impositiva a aquellas personas con ingresos por encima del millón de euros. El que más ha recibido de su país es el que más debe devolverle, es su lema.
Veremos si las políticas francesas llegan a buen puerto y generan el crecimiento esperado, de lo contrario tendrán que virar de la misma manera que Rodríguez Zapatero tuvo que hacer en España, y dar la espalda a la igualdad y al fraternidad que aparece en su divisa.
Sin embargo todo esto se puede venir abajo si a los ruidos de sable que últimamente suenan en la prensa económica anglo-sajona hacemos caso. Desde que “The Economist” publicara en noviembre un reportaje muy crítico (The time-bomb at the heart of Europe) sobre la situación de Francia, las noticias sobre la economía gala no han sido en absoluto positivas, y mucho menos si las comparamos con su vecino al otro lado del Rin.
El paro en Francia ha sido del 10,3% a finales de 2012 frente al 5,5% alemán, mientras la rigidez del presupuesto cuadra las cuentas de la República Federal Alemana, el déficit del estado galo ha alcanzado el 4,6% del PIB y mientras que la deuda alemana no deja de descender, se estima que el dinero que el Elíseo haya tomado prestado hasta 2015 alcance el 95% del PIB frente al 90,3% actual.
Desde luego que toda esta cantidad de cifras no pueden sino verse como un paraíso para las pseudo intervenidas España e Italia, donde cada día nos despertamos con un ojo en la prima de riesgo y otro en la próxima emisión de deuda que se debe realizar para que el estado siga funcionando.
Pero al gobierno francés hay que reconocerle algo, y es su apuesta por los servicios sociales, tan recortados en el sur de Europa y por su tímida voz pidiendo el fin de la austeridad y el retorno al papel que el estado debe tener en la creación de riqueza en la nación, Keynesianismo en estado puro. Por ejemplo, las medidas de política económica adoptadas por el gobierno Hollande, como la creación de 160.000 empleos públicos subvencionados, van en la dirección opuesta a las dictadas por ese ideal de austeridad marcado por Angela Merkel, y qué decir del aumento de la tasa impositiva a aquellas personas con ingresos por encima del millón de euros. El que más ha recibido de su país es el que más debe devolverle, es su lema.
Veremos si las políticas francesas llegan a buen puerto y generan el crecimiento esperado, de lo contrario tendrán que virar de la misma manera que Rodríguez Zapatero tuvo que hacer en España, y dar la espalda a la igualdad y al fraternidad que aparece en su divisa.
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