Moody´s ha rebajado la calificación crediticia del Reino Unido desde la AAA que poseía y motivado porque las expectativas de crecimiento en el corto y medio plazo para el país se considera que permanecerán débiles.
Y es que cualquier visitante a las islas podrá comprobar los efectos de la durísima reconversión industrial llevada a cabo por Margaret Thatcher a principios de los 80. Entonces la dama de hierro metió mano a toda la industria metalúrgica y minera británica, y el país que a partir de las minas de carbón de Gales, la industria de Manchester y las navieras de Liverpool controló los mares y ganó dos guerras mundiales perdió casi la totalidad de su sector secundario.
A cambio la líder conservadora se decidió a liberalizar el sector financiero, a dar alas a la City de Londres mientras se reía de la trasnochada economía industrial de países como Alemania. Los británicos empiezan a darse cuenta ahora de que apostar de manera exagerada por la industria financiera es una debilidad semejante a la dependencia que la economía española ha tenido respecto al sector de la construcción.
Es por eso que, a pesar de las fortalezas del sistema británico también reconocidas por el informe de Moodys, la entidad estima que motivado por el enfriamiento de la economía mundial y las carencias de la economía británica, el país continuará durante mucho tiempo en una espiral de escaso crecimiento.
Sinceramente creo que las debilidades de la economía británica, muy superiores en algunos casos a la española, han pasado desapercibidos por algo que en España no se tiene, un centro financiero a nivel mundial y la influyente presencia de los más importantes grupos mediáticos del mundo en su capital. El tener al posible enemigo en casa siempre ayuda.
sábado, 23 de febrero de 2013
lunes, 18 de febrero de 2013
Macroeconomía del siglo XXI
Hace siglos las tensiones entre las grandes potencias se libraban en el campo de batalla, eran guerras por el control de los recursos tanto naturales como humanos, y en esas ha estado la humanidad durante los últimos 5 milenios.
Sin embargo, en el siglo XXI, las guerras se libran sentados frente a las pantallas de ordenadores con un ojo puesto en la pantalla de Bloomberg y otro en la de Reuters, intentando adivinar las próximas medidas de los gobiernos americano, chino, europeo y japonés, y esto es macroeconomía.
Los americanos y japoneses, sobre todo estos últimos, llevan años con tipos de intervención por parte de sus gobiernos centrales cercanos a 0, con esto logran en cierta medida reactivar la producción de bienes y servicios vía exportaciones, por una parte el dinero es tan barato que pedir prestado sale a cuenta y por otra los inversores no ven atractivo en invertir en activos con tan poca rentabilidad. Cuál es el problema? que se genera inflación, al menos en teoría, ya que Japón lleva décadas con tipos cero y a la inflación ni se la ve, ni se la espera.
Frente a esto los chinos qué hacen, pues lo de siempre, seguir vendiendo a manos llenas, producir producir y seguir produciendo 7 días a la semana 24 horas al día. De esta manera llenan su banco central de divisas, dólares principalmente. Y qué hace con estos dólares el Partido Comunista de China? pues muy sencillo ser el principal acreedor de los EE.UU. Se calcula que en agosto de 2012, el país que preside Barack Obama, debía al gigante asiático 1.154 billones en bonos estadounidenses. Sólo de pensar en lo que supondría que China pusiera a la venta sólo un porcentaje de ese importe hace que el crack del 29 parezca un juego de niños.
Y de mientras qué hace Europa? pues nada, las tropas alemanas apostadas en el piso 40 de la EuroTower de Franckfort han impuesto el férreo ahorro a las cuentas comunitarias, lo que provoca una reducción de la inversión y por lo tanto del consumo al caer la confianza de los ciudadanos en el futuro. La tan temida inflación que los germanos tienen tan interiorizada desde la década de los años 20 es el leitmotiv de sus actuaciones y mientras el mundo se despierta cada día con unos jugadores que saben perfectamente a qué jugar, y qué decisiones tomar para lograrlo Europa pierde día a día su peso en el mundo. Cada día cuenta.
Mucho tendrán que cambiar las tornas pero la batalla de las divisas, de la gestión de los recursos naturales y humanos y el sacrificio de sus ciudadanos es algo que vuela desde el eje atlántico al eje pacífico, allí están los nuevos vencedores de la guerra del siglo XXI.
Sin embargo, en el siglo XXI, las guerras se libran sentados frente a las pantallas de ordenadores con un ojo puesto en la pantalla de Bloomberg y otro en la de Reuters, intentando adivinar las próximas medidas de los gobiernos americano, chino, europeo y japonés, y esto es macroeconomía.
Los americanos y japoneses, sobre todo estos últimos, llevan años con tipos de intervención por parte de sus gobiernos centrales cercanos a 0, con esto logran en cierta medida reactivar la producción de bienes y servicios vía exportaciones, por una parte el dinero es tan barato que pedir prestado sale a cuenta y por otra los inversores no ven atractivo en invertir en activos con tan poca rentabilidad. Cuál es el problema? que se genera inflación, al menos en teoría, ya que Japón lleva décadas con tipos cero y a la inflación ni se la ve, ni se la espera.
Frente a esto los chinos qué hacen, pues lo de siempre, seguir vendiendo a manos llenas, producir producir y seguir produciendo 7 días a la semana 24 horas al día. De esta manera llenan su banco central de divisas, dólares principalmente. Y qué hace con estos dólares el Partido Comunista de China? pues muy sencillo ser el principal acreedor de los EE.UU. Se calcula que en agosto de 2012, el país que preside Barack Obama, debía al gigante asiático 1.154 billones en bonos estadounidenses. Sólo de pensar en lo que supondría que China pusiera a la venta sólo un porcentaje de ese importe hace que el crack del 29 parezca un juego de niños.
Y de mientras qué hace Europa? pues nada, las tropas alemanas apostadas en el piso 40 de la EuroTower de Franckfort han impuesto el férreo ahorro a las cuentas comunitarias, lo que provoca una reducción de la inversión y por lo tanto del consumo al caer la confianza de los ciudadanos en el futuro. La tan temida inflación que los germanos tienen tan interiorizada desde la década de los años 20 es el leitmotiv de sus actuaciones y mientras el mundo se despierta cada día con unos jugadores que saben perfectamente a qué jugar, y qué decisiones tomar para lograrlo Europa pierde día a día su peso en el mundo. Cada día cuenta.
Mucho tendrán que cambiar las tornas pero la batalla de las divisas, de la gestión de los recursos naturales y humanos y el sacrificio de sus ciudadanos es algo que vuela desde el eje atlántico al eje pacífico, allí están los nuevos vencedores de la guerra del siglo XXI.
lunes, 11 de febrero de 2013
Banco de Valencia, pelotazo para La Caixa
Esta mañana nos hemos despertado con la noticia de que el Banco de Valencia, propiedad de La Caixa, aplicará recortes de hasta el 90% en el valor nominal de las participaciones preferentes y bonos subordinados colocados entre clientes.
La operación financiera de "recompra" de estos activos es complicada de entender, en cualquier caso vamos a intentar arrojar algo de luz. Si el inversor adquirió obligaciones subordinadas, le van a pagar el 15% de su valor nominal en metálico pero se les exigirá que suscriban obligatoriamente bonos convertibles en acciones de La Caixa, entidad matriz. En el caso de aquellos que invirtieron en participaciones preferentes de la entidad, la recompra se hará por el 10% de su nominal (quita del 90%) pero cuidado, porque con ese dinero los clientes deberán acudir a una ampliación de capital. En resumen, primero quita abusiva y más tarde de tu dinero ya hablaremos porque lo que recibirás es un papel, una acción de la entidad compradora.
La verdad es que la catadura moral es tremenda si pensamos que el Banco de Valencia es una entidad adquirida recientemente por La Caixa, caja a la que como protección ante el deterioro de los activos del banco valenciano se le han concedido ayudas públicas por importe de más de 5.500 millones de euros, así como la posibilidad de traspasar los activos tóxicos (los realmente problemáticos) al Sareb o banco malo, en pocas palabras, se podría decir que a La Caixa le han regalado el dinero del contribuyente por quedarse con una casa recién reformada.
Desde luego una nueva operación redonda, si sale finalmente, para la entidad catalana en términos financieros, inyección de capital, esquema de protección de activos etc... algo que no podremos aplicar al bolsillo del contribuyente que con sus impuestos unos, y con su pérdida del capital invertido otros ven evaporar su dinero.
La operación financiera de "recompra" de estos activos es complicada de entender, en cualquier caso vamos a intentar arrojar algo de luz. Si el inversor adquirió obligaciones subordinadas, le van a pagar el 15% de su valor nominal en metálico pero se les exigirá que suscriban obligatoriamente bonos convertibles en acciones de La Caixa, entidad matriz. En el caso de aquellos que invirtieron en participaciones preferentes de la entidad, la recompra se hará por el 10% de su nominal (quita del 90%) pero cuidado, porque con ese dinero los clientes deberán acudir a una ampliación de capital. En resumen, primero quita abusiva y más tarde de tu dinero ya hablaremos porque lo que recibirás es un papel, una acción de la entidad compradora.
La verdad es que la catadura moral es tremenda si pensamos que el Banco de Valencia es una entidad adquirida recientemente por La Caixa, caja a la que como protección ante el deterioro de los activos del banco valenciano se le han concedido ayudas públicas por importe de más de 5.500 millones de euros, así como la posibilidad de traspasar los activos tóxicos (los realmente problemáticos) al Sareb o banco malo, en pocas palabras, se podría decir que a La Caixa le han regalado el dinero del contribuyente por quedarse con una casa recién reformada.
Desde luego una nueva operación redonda, si sale finalmente, para la entidad catalana en términos financieros, inyección de capital, esquema de protección de activos etc... algo que no podremos aplicar al bolsillo del contribuyente que con sus impuestos unos, y con su pérdida del capital invertido otros ven evaporar su dinero.
miércoles, 6 de febrero de 2013
Banqueros: Jens Weidmann
Él es el halcón principal que desde la azotea de la planta 40 de la Euro tower de Frankfurt vigila que la ortodoxia fiscal alemana se cumpla, y no te engañes, a pesar de su aspecto de banquero que no ha roto nunca un plato se esconde la única persona que puede hacer parecer a Angela Merkel como la gran amiga de los vecinos del sur, él es Jens Weidmann.
Nació en el estado de Renania del Norte-Westfalia en 1968, y desarrolló sus estudios y sus primeros trabajos en el sector financiero a caballo entre Alemania y Francia, es por ello que su nombramiento como sucesor de Axel Weber en la presidencia del Bundesbank alemán y por lo tanto de su puesto dentro del consejo del Banco Central Europeo fue visto desde el principio como una pieza más del proceso de reparto de la presidencia del banco central entre franceses y alemanes.
Sin embargo tras el abandono de Jean Claude Trichet de la presidencia no fue él sino Mario Draghi, un antiguo alumno jesuita quien ocupó la presidencia del organismo europeo, fue en ese momento cuando Jens Weidmann comenzó a aglutinar bajo sus alas a todos aquellos detractores de la filosofía Draghi, esa que se resume en “haré todo lo necesario para salvar al euro. Y creanme será suficiente”.
Desde entonces hemos observados las operaciones masivas de inyecciones de liquidez al sistema bancario europeo a través de entre otros, las dos subastas de liquidez a 3 años por las que inyectó el equivalente al PIB de España, la compra de bonos de países en dificultades, el rescate parcial al sistema financiero español o líneas de liquidez "extras" para entidades en dificultades.
Todo esto hay que reconocerlo ha servido para calmar a los mercados, sin embargo, los representantes de los países AAA, Austria Alemania, Holanda ó Finlandia entre otros, y liderados por Jens Weidmann, consideran todo esto una irresponsabilidad ya que creen que el BCE se está llenando de bonos, de papel de países en problemas que en caso de quiebra no van a valer nada y que por lo tanto podrían llevar a la quiebra del banco central.
Hoy por hoy estamos en una tregua en dicha batalla, ya que estamos en año electoral en Alemania y nada podría perjudicar más la reelección de la canciller Merkel que problemas en "su" banco central, donde se cocinan las grandes recetas de austeridad que tanto gustan más allá del Rin.
Nació en el estado de Renania del Norte-Westfalia en 1968, y desarrolló sus estudios y sus primeros trabajos en el sector financiero a caballo entre Alemania y Francia, es por ello que su nombramiento como sucesor de Axel Weber en la presidencia del Bundesbank alemán y por lo tanto de su puesto dentro del consejo del Banco Central Europeo fue visto desde el principio como una pieza más del proceso de reparto de la presidencia del banco central entre franceses y alemanes.
Sin embargo tras el abandono de Jean Claude Trichet de la presidencia no fue él sino Mario Draghi, un antiguo alumno jesuita quien ocupó la presidencia del organismo europeo, fue en ese momento cuando Jens Weidmann comenzó a aglutinar bajo sus alas a todos aquellos detractores de la filosofía Draghi, esa que se resume en “haré todo lo necesario para salvar al euro. Y creanme será suficiente”.
Desde entonces hemos observados las operaciones masivas de inyecciones de liquidez al sistema bancario europeo a través de entre otros, las dos subastas de liquidez a 3 años por las que inyectó el equivalente al PIB de España, la compra de bonos de países en dificultades, el rescate parcial al sistema financiero español o líneas de liquidez "extras" para entidades en dificultades.
Todo esto hay que reconocerlo ha servido para calmar a los mercados, sin embargo, los representantes de los países AAA, Austria Alemania, Holanda ó Finlandia entre otros, y liderados por Jens Weidmann, consideran todo esto una irresponsabilidad ya que creen que el BCE se está llenando de bonos, de papel de países en problemas que en caso de quiebra no van a valer nada y que por lo tanto podrían llevar a la quiebra del banco central.
Hoy por hoy estamos en una tregua en dicha batalla, ya que estamos en año electoral en Alemania y nada podría perjudicar más la reelección de la canciller Merkel que problemas en "su" banco central, donde se cocinan las grandes recetas de austeridad que tanto gustan más allá del Rin.
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