Llevamos desde el sábado por la tarde discutiendo si el rescate (o línea de crédito) de 100.000 millones de euros es algo buenísimo por la economía, o bien un rescate encubierto, muy similar al de Irlanda, pero rescate al fin y al cabo.
Primero, antes de nada creo que conviene recordar que uno de los países intervenidos, Irlanda, sufrió la intervención de la UE por unas declaraciones de su primer ministro en las que aseguraba el 100% de los depósitos colocados en entidades financieras irlandesas, fue salir sus palabras de la boca y la situación se precipitó.
Es en este contexto en el que debemos situar a España y a su gobierno, un contexto en el que el presidente y sus ministros no es capaz de encontrar el dinero que necesita para recapitalizar a sus bancos por si mismo y recurre a esta ayuda o rescate.
Desde luego si hay alguien que sin lugar a dudas sale ganando de esta ayuda financiera al sistema financiero español ese es el inversor internacional, entre las inyecciones de dinero a la banca a través de las subastas del Banco Central Europeo y esta nueva línea de liquidez, el inversor internacional puede estar tranquilo que a su vencimiento recuperará la inversión. Esto es una buena noticia, si un inversor sabe que si tras una empresa o compañía está primero el estado español y más adelante la UE avalando, desde luego no exigirá nunca los intereses tan fuera de lugar que ahora mismo exige.
En segundo lugar y aquí empiezan los nubarrones, es que las entidades financieras asumen nueva deuda sobre sus ya de por sí cargados balances, por un lado perfecto, tengo entrada de pasivo a un coste relativamente bajo y por lo tanto puedo en una situación de stress soportar mejor el temporal, ahora bien, y aquí viene lo no tan bueno, esto puede inducir a esos tan buenos gestores financieros.... a seguir tapando sus miserias en los balances hasta que la crisis escampe, y después veremos. Creo que ya aquí empiezan los riesgos serios.
Y desde luego, lo peor que este rescate tiene, es que es más deuda, más pasivo a devolver. Si algo hemos tenido que aprender de esta crisis es que más deuda, más entradas de dinero ajeno, no debería tapar las deudas anteriores, tal y como hizo Bernie Madoff, y que todos sabemos cómo terminó. Tenemos que aprender a generar la riqueza que permita pronto el equilibrio entre ingresos y gastos, primero reduciendo gastos superfluos y clientelismo políticos, y más adelante poniendo los cimientos de la sociedad del conocimiento. El ladrillo, el dinero fácil y las especulación se terminaron y no van a volver, cuando antes lo queramos entender mejor para todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario