lunes, 10 de junio de 2013

Japón busca resurgir, los hedge funds que explote.

Parece que Japón está comenzado a atraer los focos de los inversores internacionales, la política expansiva que explicábamos la semana pasada está empezando a hacer que algunos grandes inversores se acerquen a la mesa y comience una vez, el juego.



Takashi Yamada trabaja de trader de bonos en una de las mayores firmas de Japón, Daiwa Securities Co. y las últimas noticias han convertido su trabajo en un mar embravecido donde la volatilidad de los bonos del gobierno se ha disparado. Afirma que su trabajo consiste en conocer los tipos de interés y valorar, algo básico pero necesario. Sin embargo cada día desde su mesa no ve sino un sin cesar de ventas y pitidos como señal de rotura de barreras.

Este nuevo frenesí en su trabajo se debe a los miedos surgidos sobre la deuda japonesa.  Los bonos nipones acostumbraban a permanecer estables en el tiempo, por lo que las compra-ventas eran rutinarias y predecibles.

Sin embargo, la decisión de imprimir papel y llenar el mercado yenes (más de 80.000 millones de dólares en gasto público), si bien puede hacer que la bolsa suba y la economía crezca, puede también que la deuda, que alcanza ya el 250% del PIB japonés se haga incontrolable y haga explotar la tercera economía mundial.

Ya hemos podido observar señales de ello, hace un mes, la venta masiva de bonos, que pilló por sorpresa al muy intervencionista banco de Japón, hizo subir la rentabilidad del bono a su mayor tipo en dos años. Y es que los cazadores, los gestores de hedge funds huelen la sangre y esta comienza a llegar desde el país del sol naciente. 

Y es que si la deuda cae, los tenedores de dichas emisiones, instituciones financieras principalmente, van a sufrir un crash en la valoración de sus activos de un día para otro, con lo que se encontrarían imposibilitados de poder seguir financiando ese enorme déficit de las cuentas del gobierno. El desastre. Esperemos que los inversores, por una vez, fallen.

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